martes, 16 de octubre de 2007

El Fraude Político en Costa Rica.

Ivan Claros/Asociación de Estudiantes de Economía Alternativa-ASEAL

El referéndum para decidir la aprobación o no del TLC en Costa Rica se resolvió por medio de uno de los más grandes fraudes políticos de la historia. Cuando se habla de fraude, hay que entender, que este se da en dos niveles: uno de carácter electoral y otro de carácter político.

El primero se refiere a la utilización de mecanismos técnicos del mismo proceso electoral para incidir de manera directa en los resultados de una elección. Este método fue utilizado constantemente en el pasado, sobretodo por los regimenes militares en Latinoamérica. El segundo, el fraude político se refiere a la capacidad de influir en la conciencia de la gente para generar una reacción electoral concreta. Esta forma de fraude es la utilizada en la actualidad de manera recurrente por regímenes débiles que se presentan como democráticos. Esta debilidad procede de su naturaleza neoliberal.

La debilidad de los gobiernos neoliberales como el de Oscar Arias en Costa Rica, radica en su desgaste político, generado por su incapacidad inherente de resolver los problemas más sentidos de la sociedad y por la agenda de profundización de medidas económicas que empeoran las condiciones de vida de la gente.

De ahí que en el último año presenciamos en Costa Rica el ascenso incontenible de la oposición popular al TLC. Dando como resultado, que fuera el primer país en el mundo en decidir el destino de un tratado comercial a través de un plebiscito.

Pero como era de esperar, la burguesía tica y la transnacional, el gobierno de Arias y el mismo gobierno de Estados Unidos, tenían mucho en juego como para permitirse perder y poner en riesgo sus intereses. Por eso se orquesta desde las entrañas del aparato estatal costarricense una sucia campaña a favor del TLC, con miras a perpetrar el anunciado fraude político que fue evidenciado por el nefasto y vergonzoso memorandum del vicepresidente Casas y el diputado Sánchez.

A partir de ahí se utilizo por todos los medios posibles, el instrumento neoliberal de consenso por excelencia, es decir el miedo. La sociedad tica estuvo durante dentro y fuera de los plazos para la campaña, sometida a la presión mediática del gobierno y las empresas, quienes aterrorizaron con falsedades tales como que Estados Unidos eliminaría los beneficios de la ICC, que el TLC no podría ser renegociado o que se perderían miles de empleos de no aprobarse el TLC, entre otras. Todas estas mentiras fueron lanzadas con la complicidad del gobierno de los Estados Unidos, en una clara intromisión en los asuntos de Costa Rica.

El papel fundamental de toda esta treta política la tuvo el presidente Arias, quien abandero hasta el último momento, es decir, el propio día del referéndum, la cruzada por la ratificación a toda costa, del tratado comercial. Con sendas cadenas nacionales de radio y televisión, días después de terminado el plazo para hacer campaña, el presidente sembró temor entre los ticos con argumentos tan pobres y chocantes como que las inversiones huirían a países como El Salvador, que ya tienen aprobado el TLC, que Costa Rica se convertiría en Albania, incluso llego a ser tan demagógico como para decir que “es mas fácil cambiar los diez mandamientos de Dios, que renegociar el TLC”

A esto hay que sumar el manejo de las encuestas y el control de los medios de comunicación. Pocos días antes de referéndum, el periódico mas reaccionario de Costa Rica publicaba una encuesta realizada por una casa encuestadora dueña de una cada vez mas dudosa reputación, en donde se le daba un ventaja contundente de 12 puntos porcentuales al “No”. Este hecho tiene una trascendental importancia, porque implicaba al menos, dos objetivos. Primero, provocar un cierto acomodamiento en la gente decidida a votar en contra del TLC y segundo, generar a través la intensificación inescrupulosa de la campaña del miedo -en las vísperas de la consulta- la manipulación de la conciencia de un segmento de la población, temerosa debido a la desinformación.

Para esto ultimo, se contó con el auxilio de los medios afines al gobierno, quienes se prestaron a la artimaña de presentar las falsedades de funcionarios del gobierno estadounidense sobre la ICC y el peligro que corría la relación comercial entre ambos países de no aprobarse el tratado.

La última parte del fraude, fue el derroche de recursos que los apologistas del TLC hicieron gala el día del referéndum, al contrario de las enormes limitaciones del movimiento del “No”, demostrando claramente que se planteo una lucha entre desiguales.

Pese al fraude político, los partidarios del tratado obtuvieron un minúsculo triunfo. Después de considerar las condiciones totalmente desfavorables a la oposición al TLC, no cabe duda que lo que ocurrió verdaderamente en Costa Rica, fue el triunfo del pueblo tico. Con toda su maquinaria puesta en aprobar el TLC, los grupos económicos de poder en Costa Rica solo obtuvieron tres puntos porcentuales de diferencia, que representan apenas cincuenta mil votos. Es decir, el pueblo tico, sin el poder económico y sin el control del aparato de gobierno, logro igualar las fuerzas con el monstruo. Esa ya es una victoria política.

El voto del “No”, fue un voto conciente y meditado, que es resultado de convertir el referéndum en un hecho político, en donde la gente logro entender que era una lucha entre ricos y pobres, una lucha de clases. Por eso lo que ocurrió en Costa Rica, es una prueba de lo pasa cuando los pueblos se politizan y es además una gran lección para los demás pueblos de Latinoamérica.

El TLC con Estados Unidos fue aprobado en Costa Rica, pero aun no ha sido implementado. Lo cual esta por verse.

1 comentario:

Unknown dijo...

Gracias a Dios ganó el SI.... No fue Fraude, fue simplemente que se impuso la lógica y sentido común... Si hubiéramos dicho que NO, se ¨renegocia¨y ahora que ganó Obama implementarlo? Estaríamos viendo los toros desde la barrera...

La apertura comercial es el futuro de nuestra economía... y precisamente es lo que nos podría ayudar a disminuir las incertidumbres y especulación, y vivir un modelo más realista de economía. De por sí, esta globalización será más asiática de ahora en adelante... Más bien pensemos en un TLC con China... seamos progresistas...

Y como ven, el TLC ya se aprobó y se implementará el próximo 1 de enero del 2009...

Creo lo que queda es trabajar duro por el país.... Coincido en defenderlo a capa y espada, pero con trabajo honesto...

Saludos