jueves, 13 de diciembre de 2007

La gravedad de la crisis financiera

Paul Krugman
Sin Permiso

La crisis financiera que comenzó a fines del pasado verano, para luego tomarse unas breves vacaciones en septiembre, ha vuelto redoblada.

¿Hasta qué punto es maligna? Bueno, yo nunca he visto a gentes del mundo financiero manifestarse así, ni siquiera durante la crisis asiática de 1997-98, cuando el efecto económico de dominó parecía abarcar la mundo entero.

Esta vez, quienes juegan en el mercado parecen verdaderamente horrorizados, porque se han dado repentinamente cuenta de que no son capaces de entender el complejo sistema financiero que ellos mismos han creado.

Pero antes de entrar en eso, digamos algo sobre lo que está pasando ahora mismo.

El crédito –el préstamo entre jugadores en el mercado— es a los mercados financieros lo que el aceite del motor es a la mecánica del automóvil. La capacidad para disponer de dinero en efectivo a corto lazo, que es lo que quiere decir la gente cuando habla de "liquidez", es un lubricante esencial para los mercados y para el conjunto de la economía.

Pero la liquidez se ha evaporado. Algunos mercados de crédito han cerrado efectivamente la ventanilla. Las tasas de interés en otros mercados –como el mercado de Londres, en el que los bancos se prestan unos a otros— han aumentado, aun cuando la tasa de interés de la deuda del gobierno de EEUU, que todavía se considera segura, ha caído en picado.

"Estamos asistiendo", dice Hill Gross de la gestora de bonos Pimco, "en sustancia, al desplome del sistema bancario moderno actual, un complejo de préstamo apalancado tan difícil de comprender, que el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernake, precisó de un curso de puesta al día cara a cara con los gestores de los fondos de productos financieros derivados (hedge funds) a mediados de agosto".

Si la congelación de los mercados financieros se prolonga mucho, ha de traer consigo una grave reducción del préstamo en general, lo que hará que la inversión empresarial siga el camino del sector de la construcción. Y eso significa una recesión, posiblemente grave.

Lo que se esconde tras la desaparición de la liquidez es un colapso de la confianza: los jugadores en el mercado no se quieren hacer préstamos, porque no están seguros de recuperarlos.

En un sentido directo, ese colapso de la confianza lo ha causado el estallido de la burbuja inmobiliaria. El alza de los precios de la vivienda tenía todavía menos sentido que la burbuja del punto-com –no había siquiera una glamorosa tecnología nueva que viniera a justificar la caducidad de las viejas reglas—, pero, de una u otra forma, los mercados financieros aceptaron los precios enloquecidos de la vivienda como la nueva normalidad. Y la burbuja estalló, una muchedumbre de inversiones calificadas como AAA se revelaron basura.

Así, los títulos de los "superseniors" frente a las hipotecas subprime o de alto riesgo –inversiones que tienen primacía sobre cualquier pago de hipoteca que realicen los prestatarios, y que supuestamente tenían que ser negocio aun cuando una parte considerable de esos prestatarios entrara en morosidad—han perdido una tercera parte de su valor de mercado desde el pasado julio.

Pero lo que realmente ha socavado la confianza es el hecho de que nadie sepa dónde está enterrado el tóxico financiero. Se suponía que Citigrup no tenía decenas de miles de millones de dólares expuestos al subprime; pues sí que los tenía. El Florida's Local Government Investment Pool, que actúa como banco de las escuelas públicas de distrito, se suponía libre de todo riesgo; no lo estaba (y ahora, las escuelas no tienen dinero para pagar a los profesores).

¿Cómo fue que las cosas se tornaron tan opacas? La respuesta es: "innovación financiera". Dos palabras que, desde ya, deberían despertar la alarma de los inversores.

Está bien, para ser justos, algunos tipos de innovación financiera están bien. Yo no quiero regresar a los tiempos en que las cuentas corrientes no pagaban intereses y no podíais sacar dinero en efectivo los fines de semana.

Pero las innovaciones de los últimos años –la sopa de letras de CDOs y SIVs, RMBS y ABCP— se vendieron con pretensiones falsarias. Se promocionaron como formas de dispersar el riesgo, de hacer más segura la inversión. Lo que, en cambio, hicieron –aparte de proporcionar a sus creadores montones de dinero, que no tuvieron que devolver cuando estalló la burbuja— fue dispersar la confusión, atraer a los inversores para que asumieran riesgos mayores de lo que podían percibir.

¿Por qué se permitió que pasara? En el fondo, creo que el problema fue ideológico: los decisores políticos, comprometidos con la opinión de que el mercado siempre lo hace bien, pasando simplemente por alto las señales de alarma. Sabemos, en particular, que Alan Greenspan se pasó por el forro las alertas de Edward Gramlich, un miembro de la Reserva Federal, sobre una potencial crisis de las subprime.

Y a la ortodoxia del libre mercado le cuesta morir. Hace sólo unas pocas semanas, Henry Paulson, el Secretario del Tesoro, admitía a la revista Fortune que la innovación financiera pasó por encima de la regulación, para añadir a continuación: "no creo que tuviéramos que haber seguido otra vía". ¿Es ésta su última palabra, señor Secretario?

Ahora, la propuesta de Paulson para ayudar a los prestatarios a renegociar los pagos de sus hipotecas y evitar el desahucio suena bien, en principio, (aunque habrá que esperar a oír los detalles).

Pero, siendo realistas, no será sino un pequeño parche en el problema de las subprime.

El fondo del asunto es que quienes toman las decisiones políticas dejaron a la industria financiera innovar libremente, y lo que ésta hizo fue innovarse a sí misma, dejándonos al resto metidos en un lío tan grave como enorme.

Paul Krugman es uno de los economistas más reconocidos académicamente del mundo, y uno de los más célebres gracias a su intensa actividad publicística y divulgativa desde las páginas del New York Times. Colaboró en su día con el grupo de asesores de economía del Presidente Clinton, pero la dinámica de la vida económica, social y política de los EEUU en el último lustro le ha llevado a diagnósticos tan drásticos como lúcidos del mundo contemporáneo.

Traducción para www.sinpermiso.info: Roc F. Nyerro

domingo, 2 de diciembre de 2007

Consenso contra el Consenso de Washington

Julio Godoy
IPS Noticias


Expertos en desarrollo económico, líderes de la sociedad civil y funcionarios de gobierno coincidieron en la tercera conferencia del Proceso de Helsinki en que el neoliberal Consenso de Washington no es una solución para los países del Sur, sino la causa de sus principales problemas.
En contraste al énfasis neoliberal en la privatización, los participantes de la conferencia celebrada hasta el jueves en la capital de Tanzania sostuvieron que el Estado debe tener un papel central en el desarrollo económico y social. "El neoliberalismo no es la solución a los problemas económicos y sociales que afrontan los países en desarrollo", sostuvo Josep Xercavins, profesor de Economía y Desarrollo de la española Universidad Politécnica de Cataluña y coordinador del Foro Mundial de Redes de la Sociedad Civil, una coalición de grupos no gubernamentales. "Estamos viendo en América Latina las devastadoras consecuencias de 25 años de aplicación del neoliberalismo. Necesitamos un nuevo paradigma, con un nuevo papel para el Estado", añadió.
Se conoce como Consenso de Washington al conjunto de políticas económicas neoliberales impuestas a los países del Sur en desarrollo por los organismos multilaterales de crédito con sede en la capital estadounidense, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, a través de programas de ajuste estructural.
La reunión de Dar es Salaam revisó el progreso logrado en los últimos dos años con el Proceso de Helsinki sobre Globalización y Democracia. Esta iniciativa conjunta de los gobiernos de Finlandia y Tanzania fue lanzada a fines de 2002 para darle a los representantes del Norte y del Sur "un nuevo tipo de foro equitativo para reunirse y discutir asuntos de mutua preocupación". Titulada "Gobernanza inclusiva: reduciendo las divisiones globales", la conferencia celebrada entre el 27 y el 29 de este mes analizó diversos temas relacionados con globalización y democracia, desde los actores no estatales en la promoción de la paz y seguridad internacionales, hasta la relación entre las políticas nacionales y globales en la lucha contra la pobreza. "Debemos promover una nueva agenda de desarrollo, siguiendo los tres principios que se distancian radicalmente de los del FMI", dijo el miércoles en la sesión plenaria del encuentro el director del brasileño Instituto Observatorio Social, Kjeld Jakobsen. "Primero: tenemos que reconocer que está mal adoptar las mismas medidas (sociales y económicas) en países que atraviesan diferentes fases de desarrollo", indicó.
En segundo lugar, "a las preocupaciones económicas y sociales se les debe dar la misma importancia en la formulación de esas medidas. Y, en tercer lugar, esta agenda debe ser concebida a través de un proceso democrático. La participación de la sociedad civil en el debate y la implementación es clave en un mundo complejo e interdependiente como el de hoy", añadió. Una postura similar tuvo Michelle Pressend, investigadora del sudafricano Instituto para el Diálogo Global. "En países con altos niveles de desigualdad, el Estado no tiene otra opción que embarcarse en una activa de desarrollo económico", afirmó. "Es crucial que el Estado desarrolle la capacidad y el poder de implementar sus políticas económicas y sociales", agregó.
El principal objetivo del Estado debe ser la distribución equitativa de la riqueza del país entre la población, afirmó. Con ella coincidieron otros participantes de la conferencia. Pero los participantes de la reunión en Dar es Salaam también alcanzaron otro consenso: el "Sur global", en el que los países en desarrollo se unen para afrontar sus problemas y metas comunes, no existe. "No hay un Sur global. El Sur afronta, fragmentado, los desafíos del desarrollo impuestos por la globalización", dijo Yash Tandon, director ejecutivo del South Centre, con sede en Ginebra.
Aunque las fuertes economías emergentes como Brasil, China, India y Sudáfrica avanzan a posiciones importantes en foros internacionales, todavía llevan sus propias agendas, a veces incluso actuando como nuevos poderes imperiales con sus vecinos, sostuvo. En la conferencia también se analizó la financiación de políticas por el desarrollo. Xercavins instó al Proceso de Helsinki a apoyar la idea de imponer impuestos a las transacciones financieras especulativas, con el fin de recolectar fondos para proyectos internacionales de cooperación. El académico señaló que la idea debería ser debatida en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). "Tenemos que regresar a la ONU, tenemos que reforzar las instituciones multilaterales y democráticas a favor de este nuevo paradigma de desarrollo", señaló.

viernes, 30 de noviembre de 2007

Nuevamente las comunidades amenazadas por la Mineria piden a legisladores aprobar la Ley presentada por la Mesa Nacional Frente a la Mineria


Boletín

El Salvador

contra la minería

La Mesa Nacional Frente a la Minería y cientos de personas de comunidades que se verían afectadas esta actividad se dieron cita nuevamente el 28 de noviembre en la Asamblea Legislativa del país, para presentar una pieza de correspondencia que exige a la comisión de Economía y Agricultura, muestre el mismo interés, realizado a propuesta de Ley presentada el 23 de éste mes por el Partido de Conciliación Nacional, PCN.

La Mesa entregó a dicha comisión la Propuesta de Ley el 7 de diciembre de 2006, la comisión delegada para su discusión y revisión ha citado en dos ocasiones a representantes de la mesa, pero han incumplido la reunión por inasistencia, casualmente de diputados de ARENA, partido gobernante y PCN, quienes; el mismo día que la entregan la propuesta de ley se revisa y discute.

El PCN, conocido por su disposición de ofrecer sus servicios al mejor postor y quien ha estado recibiendo asesoría directamente por las empresas mineras, para presentar esta propuesta, situación que hace que la misma pierda validez.

Dicha ley se reduce a la creación de una nueva institución que centraliza la toma de decisiones en materia de minería y promueve la minería metálica facilita la obtención de permisos y licencias.

El Salvador, es incompatible con la Minería, por su estrechez territorial, densidad poblacional, área sísmica, deslizamientos en la época de lluvia y con problemas hídricos para cubrir la demanda de sus habitantes. La actividad Minera vendría a sumergir en mayor pobreza el país, aseguran.

martes, 20 de noviembre de 2007

Hugo Chávez llama la OPEP a abandonar el dólar y dejar que se hunda la economía estadounidense



Contrariamente a lo acostumbrado, la 3ª Cumbre de Jefes de Estado y de gobierno de la OPEP, que se reunió en Riyad el 17 y 18 de noviembre de 2007, se convirtió en teatro de duros enfrentamientos políticos. Irán y Venezuela, países que contribuyeron ampliamente a recuperar el crédito de este cártel, plantearon claramente la posibilidad de hacerlo explotar y de cambiar radicalmente el sistema monetario mundial en su conjunto. (Ver nota completa)

lunes, 12 de noviembre de 2007

Irán, el euro y el comienzo del fin del predominio del dólar

Por Michael R. Krätke

Hace unos pocos días, la República Islámica de Irán cumplió su amenaza: no se aceptan ya dólares, y todas las transacciones económicas exteriores del país pasan a realizarse o en euros o en yenes. Ya desde septiembre, una buena parte de las exportaciones petrolíferas iraníes no se computaban en dólares, sino en yenes: Japón es, con diferencia, el principal importador de petróleo iraní, siendo Irán el tercer suministrador de la potencia pacífica. Ahora, también los socios comerciales europeos y asiáticos del tercer exportador mundial de petróleo tienen que aceptar que Teherán no recibe ya moneda estadounidense.(Ver nota completa)

lunes, 5 de noviembre de 2007

La Vigencia del Pensamiento Marxista: La Acumulación de Capital y la Pobreza de la Clase Trabajadora en El Salvador

Por: Asociación Estudiantes de Economía Alternativa

La historia de las ideas es una prueba palmaria de cómo cambia y se transforma la producción espiritual con la material. Las ideas imperantes en una época han sido siempre las ideas propias de la clase dominante.

(Kart Marx y Friedrich Engels, Manifiesto del Partido Comunista)

Hace 140 años salía a la luz pública el tomo I de “El Capital”, la obra cumbre del filósofo, economista y sociólogo alemán Carlos Marx. Esta seria la primera parte de una obra extensa en la que se hace un análisis exhaustivo de las leyes económicas del modo capitalista de producción. Mucho tiempo y cosas han transcurrido desde aquel entonces, pero las ideas planteadas por Marx, se nos presentan cada vez, con una fuerza imperiosa para comprender los tiempos en que vivimos.

De ahí que, para entender la realidad que vive El Salvador recurramos a sus teorías. Uno de los rasgos fundamentales de la actual situación en que se encuentra el país, luego de la implantación del modelo neoliberal y por consiguiente del llamado “Consenso de Washington”, es la de un mayor deterioro en las condiciones de vida de la clase trabajadora. Este hecho objetivo es resultado del nuevo proceso de acumulación de capital, llevado a cabo en el marco de un nuevo modelo económico, ya que como bien decía Marx: ““... La acumulación capitalista produce de manera constante... una población obrera relativamente excedentaria, esto es, excesiva para las necesidades medias del capital y por tanto superflua."[i]

El factor clave entonces, para explicar la precariedad de la clase trabajadora es “El Proceso de Acumulación de Capital”, ya que a través de este, se evidencia la creciente disminución relativa en los requerimientos de fuerza de trabajo salvadoreña por parte del capital, la profundización de la tendencia a la disminución en los niveles de valor de la fuerza de trabajo, la reducción en la cobertura de los medios de vida necesarios de la clase trabajadora y el incremento de la exclusión y marginación social.

A partir del capitulo XXIII del tomo I del Capital, en el cual se plantea la “Ley General de Acumulación Capitalista”, Marx nos ilumina en el análisis, de un nuevo proceso de acumulación, iniciado en la década de los noventa, donde han aparecido en El Salvador, los fenómenos de concentración y centralización de capital, los cuales en consonancia con la tendencia mundial, no solo se manifiestan a nivel nacional sino regional.

Aunque El Salvador es un país pequeño, con una economía relativamente débil comparada con las de las grandes potencias, los fenómenos de concentración y centralización a partir de la nueva acumulación de capital iniciada con la transformación económica de fines de los ochenta, aparecen ahora con cada vez mayor claridad.

La nueva etapa de acumulación de capital iniciada en 1989, fue posible gracias a la instauración de una economía de libre mercado, en donde el capital salvadoreño y extranjero se beneficio de la apertura de nuevos mercados como el de las telecomunicaciones, la distribución de energía eléctrica, la banca y la administración de las pensiones; que anteriormente habían sido monopolios estatales. El comercio internacional también se abrió a los privados, con lo cual surgió una nueva rama importadora. Se crearon además nuevas ramas industriales como la maquila textil, la de televisión por cable e Internet.

La reconstrucción que el país necesitaba luego de sufrir una etapa de guerra, también favoreció la acumulación, en cuanto brindo a sectores como el de construcción y sus conexos, oportunidades de revalorizar los capitales.

Según Marx, mediante la acumulación de más plusvalía, los grandes capitales crecen más rápidamente que los capitales pequeños, obteniendo una mayor ventaja en la producción. Este fenómeno al que llamo concentración se presenta por ejemplo, luego de la privatización de la banca salvadoreña. El crecimiento del capital financiero se observa a través de la transformación de simples bancos a conglomerados financieros, que incluyen banca, corredoras de bolsa, aseguradoras, administradoras de fondos de pensiones, emisores de tarjetas de crédito, etc. Que posteriormente se expandieron por Centroamérica para convertirse en autenticas transnacionales. Esto ha sido posible, porque a través del sector financiero se canalizan las remesas familiares que los salvadoreños en Estados Unidos envían a sus familiares en El Salvador, acelerando el ritmo de acumulación, ya que de esta forma se extrae plusvalía de los trabajadores y trabajadoras de la llamada diáspora.

Aunque el caso salvadoreño presenta esta singularidad, la realidad mundial actual demuestra que la tendencia a la concentración y centralización de capital son fenómenos que se dan de forma constante. El intelectual estadounidense de izquierda James Petras, en su artículo "La supremacía del capital financiero" sostiene que el sector financiero como ningún otro puede obtener beneficios sin parangón, ya que "los bancos consiguen su máximo rendimiento facilitando la concentración y la centralización del capital, operaciones que denominan 'fusiones y adquisiciones'"[1].

En cuanto a la centralización, el profesor Aquiles Montoya plantea que “si bien la acumulación de capital presenta una tendencia concentradora esta va acompañada de una tendencia dispersora. Pero en la dinámica capitalista la dispersión es contrarrestada por la atracción”[2], aclarando que esta no es una concentración idéntica a la de la acumulación, sino efecto de la unión de capitales ya existentes, para formar uno mas grande. Siguiendo con el caso del capital financiero salvadoreño, algunos capitales representados en las familias que se beneficiaron de la venta de la banca nacional, como Cristiani, Baldochi-Dueñas, Kriete, Bahaia, De Sola, Siman, y Poma, al mismo tiempo que se concentraban, extendiéndose a otros sectores, también iban centralizándose no solo en el país, sino también en Centroamérica, desplazando a algunas de las antiguas burguesías nacionales de los países de la región. Así tenemos, que estos capitales tienen intereses también en el comercio, la construcción, el turismo, el transporte, la industria y las telecomunicaciones.

Un capital emblemático en el fenómeno que Marx planteo hace 140 años, es el que representa el grupo Poma. Este grupo transnacional posee empresas distribuidoras de vehículos, hoteles de lujo, proyectos urbanísticos y de turismo, empresas metalúrgicas y fabricación de ventanas, centros comerciales y empresas de publicidad distribuidas en Centroamérica, Panamá, Republica Dominicana, México y Estados Unidos. Además esta asociado a otros capitales en la región como los del Grupo Mota, Grupo Taca y Carso del mexicano Carlos Slim[3], considerado el hombre más rico del mundo, lo que da una idea de a que nivel juegan en la arena mundial.

Todo este proceso, que ha tenido lugar en los últimos 17 años, ha desembocado como Marx lo previo hace más de 140 años, en una creciente disminución relativa en los requerimientos de fuerza de trabajo salvadoreña por parte del capital.

Para Karl Marx el desempleo constituye un rasgo permanente o estructural del sistema capitalista, sin el cual este no podría existir, ya que es necesario para los capitalistas contar con un ejército industrial de reserva a su disposición. Marx trata el problema del empleo a partir del análisis del proceso de acumulación capitalista. Este genera un proceso de exclusión de mano de obra que tiende a formar una reserva permanente de personas, a través de una progresiva sustitución de mano de obra por maquinaria, ello a su vez posibilita frenar la tendencia alcista de los salarios. La acumulación genera un excedente de mano de obra, pero a la vez, precisa de él para continuar la acumulación: es una causa y condición de la acumulación capitalista. La búsqueda de mayor productividad no se basa en la cantidad de fuerza de trabajo, por esta razón, no se produce un aumento proporcional de la demanda de trabajo, sino por lo contrario, una disminución progresiva.

En El Salvador durante la última década ha existido una débil capacidad de generación de empleos e ingresos, esto sumado a las privatizaciones que se dieron como resultado del proceso de acumulación en el país, en los cuales no se generaron nuevos puestos sino que se absorbieron las plazas ya existentes y en la mayoría de los casos se desempleo a muchos. Esto se dio en un contexto de acelerada urbanización del país, que ha llevado a que el porcentaje de población urbana creciera de 48% a 60% entre 1991 a 2005[4], y a una marcada terciarización de la economía, que se aprecia en el aporte del sector servicios, que representa más del 62% del valor agregado bruto.[5] Lo que contribuye a generar una incapacidad de absorción de las legiones de trabajadores, que año con año invaden el mercado laboral. Como ejemplo podemos mencionar que en el período 2000-2005 el desempleo abierto disminuyó con respecto a la primera mitad de los años noventa, alcanzando un promedio de 6.9%, pero la tasa promedio de subempleo urbano superó el 31%; en 2005. El desempleo a nivel nacional alcanzó el 7.2% y el subempleo urbano fue de 32.1%.[6] En el área rural, al menos 4 de cada diez personas económicamente activas están desempleadas o subempleadas.

Las condiciones de desempleo y subempleo en el país como producto del proceso de acumulación capitalista, en combinación con un estancamiento de los ingresos de amplios sectores de la población, han constituido un obstáculo al mejoramiento de las condiciones sociales del país. Permitiendo que la brecha entre los más ricos y los más pobres se incremente en nuestro país y en general en todo el mundo. El Salvador se ubica entre los 20 países con mayor desigualdad de ingresos en el mundo,[7] cuatro de cada diez familias rurales y casi un tercio de las familias urbanas del país se encuentran en situación de pobreza según cifras de la EHPM para el 2005.

Las condiciones de vida cada día son perores, si bien la pobreza extrema rural a experimentado una reducción, esta es debido a la migración de la población hacia las zonas urbanas en busca de mejores condiciones de vida. Basta con mirar alrededor y darse cuenta de la terciarización que ha sufrido la economía, desplazando a campesinos, agricultores, etcétera, hasta el sector terciario, por no encontrar una fuente de sustento en las actividades primarias de la economía.

Como Marx expone al hablar del empleo, desde la perspectiva de la acumulación capitalista, es el afán de mayores ingresos por parte de los dueños de los medios de producción lo que ha llevado en nuestro país, al abandono de la inversión en factor variable (fuerza de trabajo) y a una mayor inversión en el factor fijo (maquinaria, tecnología), esto desplaza a los trabajadores quienes buscan refugio en actividades comerciales o de servicio, y en ultimo caso pasan a formar parte del ejercito industrial de reserva permanente (desempleados), lo cual ha traído una disminución en las condicione de vida, llevando a muchos a condiciones de extrema pobreza. Esto presenta un dilema respecto a la acumulación capitalista, en donde si bien la tecnificación presenta una mayor productividad y por lo tanto mayor disponibilidad de valores de uso en las economías, conlleva consigo un desplazamiento de trabajadores, quienes ven reducido su poder de adquisición, por lo tanto ¿Quién consumirá estos valores de uso?

La respuesta a la pregunta anterior no es importante en términos de cómo se realizaran las mercancías para permitir que continué la acumulación, sino como será posible la reproducción de la fuerza de trabajo y por consiguiente la vida de la clase trabajadora. Lo cual también lleva a otro aspecto de la acumulación, es decir la profundización de la tendencia a la disminución en los niveles de valor de la fuerza de trabajo, provocando mayores niveles de sobreexplotación; que se observan a partir de la cobertura de los medios de vida de la clase trabajadora.

La acumulación de capital anima el progreso del capitalismo y esto lo consigue por medio del desarrollo de capital fijo, que tiene como dinámica fundamental, reducir el valor de fuerza de trabajo. Valor que es equivalente al valor de una cantidad dada de bienes de consumo que son necesarios para restaurar la capacidad del trabajador que dicho sea de paso, le permite producir a un nivel de intensidad dado.

Según Marx existe una disminución en el valor de estos bienes de consumo como resultado de un aumento en la productividad del trabajo, pero por el contrario el valor de los bienes de consumo se mantiene en el mercado. Aunque debido al aumento de productividad se ocasiona una disminución en el valor de la fuerza de trabajo, mientras todo lo demás permanece constante, los resultados favorables del incremento en productividad del trabajo generan un mayor plusvalor que termina en manos de los capitalistas.

Por lo tanto el incremento en la productividad del trabajo nos plantea la existencia de una disminución en el valor de la fuerza de trabajo, debido al cambio constante en la composición del capital, eso implica mayor utilización de los medios de producción constante y una disminución relativa del capital variable. Lo que nos demuestra como ya se dijo antes, que en el proceso de acumulación de capital, se demanda cada ves menos fuerza de trabajo, a lo que Marx señala que “El aumento de esta (medios de producción) se manifiesta, pues, en la reducción de la masa de trabajo con respecto a la masa de medios de producción movidos por ella, esto es, en la disminución de la magnitud del factor subjetivo del proceso laboral comparado con sus factores objetivos”. [8]El Capital, Tomo I (p.773).

Por esta razón, con el aumento en la productividad de los trabajadores se logra efectivamente producir mas valores de uso y por consiguiente reducir el valor de la fuerza de trabajo, lo que debería satisfacer las necesidades de todas las personas, pero sin embargo la gran mayoría de la población salvadoreña no tiene acceso a los incrementos de la productividad de su trabajo, es decir, que no recibe en términos monetarios, lo suficiente para reproducir su fuerza de trabajo.

Concerniente a esto podemos hablar de la Canasta de Mercado en El Salvador, la cual el Ministerio de Economía define como el conjunto de bienes y servicios que en promedio sirven para satisfacer las necesidades básicas de una familia, la que contiene una estructura de doce divisiones: alimentos y bebidas no alcohólicas, bebidas alcohólicas, tabaco y estupefacientes, prendas de vestir y calzado, alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles; muebles, artículos para el hogar y para conservación ordinaria del hogar, salud, transporte, comunicaciones, recreación y cultura; educación, restaurantes y hoteles, y bienes y servicios diversos, es decir, incluye todos los bienes necesarios para que una familia pueda vivir en condiciones de comodidad mínima, asegurando la reproducción material y espiritual, por lo que en El Salvador el valor de la fuerza de trabajo asemejaría el valor de la Canasta de Mercado.

Un ejemplo muy ilustrativo de cómo se reduce el valor de la fuerza de trabajo en El Salvador es analizando el comportamiento de la relación canasta de mercado, salarios y productividad en los últimos años. En junio de 2004 la canasta de mercado costaba $620.71, mientras que el salario mínimo urbano vigente, que es el que percibe cerca del 12% de la Población Económicamente Activa (PEA) ascendía a $158.4, es decir existía un déficit de $462.31 en términos de la cobertura del valor de la fuerza de trabajo o mejor dicho se da una sobreexplotación de la fuerza de trabajo en $462.31.[9]

Pero a febrero del 2007, esta relación se había profundizado. La canasta de mercado alcanzaba $699.2, ósea se había incrementado en un 12.6%, mientras el salario mínimo urbano solo se incremento en un 10%, con lo cual aumento la brecha entre salario mínimo y canasta de mercado a $524.96, lo que representa un 13.5% de crecimiento. Si ha este fenómeno le sumamos el componente productividad, encontraremos que según el BCR el crecimiento de la producción casi se duplica, de tener en 2005 un crecimiento del PIB de 2.5% se paso a 4.2% en 2006[10], lo cual indica que la producción de bienes y servicios a incrementado, por tanto, también la productividad, lo que provocaría una reducción del valor de la fuerza de trabajo, no así del costo de los medios de vida necesarios. Por esta razón, con el salario mínimo urbano vigente, tienen que trabajar dentro del hogar al menos cuatro personas para lograr alcanzar los ingresos necesarios para cubrir la canasta de mercado, mecanismo mediante el cual seda nuevamente la explotación.

Este fenómeno es el que muestra la desvalorización de la fuerza de trabajo y evidencia la valorización extraordinaria del capital, lo que permite la acumulación del capital y cuyo fundamentó se basa en el empobrecimiento de los trabajadores y en el aumento del Ejercito Industrial de Reserva y en general, de la sobrepoblación relativa, es decir, ha ocurrido un proceso de empeoramiento de la calidad de vida de la clase trabajadora.

Otro aspecto relevante del proceso de acumulación, es que como fruto de la concentración y centralización del capital, se ha dado una profundización del empobrecimiento de la clase trabajadora.

Según la Organización Mundial del Trabajo (OIT), “el trabajo decente y digno es una de las aspiraciones que toda persona busca alcanzar durante su vida laboral. Este debe ser beneficioso a los demás y, a la vez, producir un ingreso digno, que le permita satisfacer necesidades básicas como seguridad y protección social, mejores perspectivas de desarrollo personal e integración a la sociedad. Asimismo, promover libertad para que los individuos expresen sus opiniones, se organicen y participen en las decisiones que afectan sus vidas y generen igualdad de oportunidades para hombres y mujeres”[11], en otras palabras todo trabajador merece al menos que se le retribuya íntegramente por su fuerza de trabajo.

Sin embargo, la realidad se presenta de una manera muy insensible y distante a lo que muchos anhelan. La perseverante tendencia a globalizar la economía, la ciencia, las comunicaciones; como la insistencia a que exista un libre movimiento de todos los factores de producción -dinero y bienes- sin restricción por todo el mundo, dejando de lado el movimiento de fuerza laboral. Cabe destacar, que esta era de capitalismo-global tiene como eje el poder que ejercen las grandes empresas transnacionales y los fuertes capitales, convirtiéndose en los grandes protagonistas del siglo XXI.

Las grandes empresas transnacionales que concentran y centralizan, buscan colocar sus capitales en los países pobres a fin de incrementar sus ganancias y así, con la miseria ajena e inevitablemente, deprimir las condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores en los países Terceros.

Como efecto de la concentración y centralización existe un mayor desarrollo en las ocupaciones terciarias de la economía, en donde cada vez más las personas buscan refugiarse en actividades del sector informal, debido a las escasas oportunidades que brindan las empresas, para ofrecer empleos dignos.

Sumado a esto el fenómeno de las privatizaciones, o más bien, de las “expropiaciones” que se han ido generando en la última década, han arrebatado a los pueblos los patrimonios y riquezas, traspasándoselas a las oligarquías capitalistas. Así como lo dijo el ex-presidente del Banco Mundial Paúl Wolfowitz, en el IV Foro Mundial del Agua celebrado en Ciudad de México: “El país que se niegue a privatizar sus servicios públicos de agua potable y alcantarillado no recibirá financiamiento internacional para otras necesidades”[12]. Esto demuestra que instituciones como el Banco Mundial, que tiene como objetivo contrarrestar la pobreza en países de bajos recursos, se encuentra también a la orden de la concentración y centralización del capital y de las grandes empresas transnacionales.

Por esto y mucho más el empobrecimiento de la clase trabajadora es un proceso continuo, donde ha influido mucho la desocupación masiva y el descenso en el poder adquisitivo de los salarios, ambos casos analizados antes. De igual forma, la sobre explotación de las y los trabajadores a través de la flexibilización laboral, mecanismo que comprende entre otras cosas que los salarios son medidos por las horas trabajadas, como es el caso de algunas empresas transnacionales, donde los salarios se deprecian con el desarrollo del trabajo a tiempo parcial o “part-time”. Otra forma, ha sido el alargamiento y la intensificación de la jornada laboral, sumándosele las bajas pensiones de los jubilados, que se agravan enormemente cada año; la explotación del trabajo infantil, y el abuso y acoso sexual que reciben muchas mujeres en sus trabajos, especialmente en las maquilas.

En El Salvador la masa de población empobrecida ascendía a 47.5% según el Panorama Social de América Latina de la CEPAL para el 2006, es decir casi la mitad de la población. Este mismo estudio señala que la indigencia alcanzaba el 19%,. Pero en realidad esta medición se realiza en base a la cobertura de la Canasta Básica Alimentaría (CBA), la cual es un parámetro inferior a la Canasta de Mercado, que anteriormente se definió como equivalente del valor de la fuerza de trabajo. Lo que plantea que son aun mas las personas que se encuentran empobrecidas en el país.

Un último aspecto es, que el deterioro de las condiciones de vida de la clase trabajadora no puede ser explicado de forma completa sin considerar la profundización de la exclusión y marginación generada por la concentración y centralización del capital reflejadas en la distribución del ingreso.

Como nunca antes, a partir de la instauración del modelo neoliberal en el país, puede verse una enorme proporción de gente excluida y marginada por el sistema socioeconómico. Esta exclusión se da en diferentes formas, como: el desempleo, la falta de oportunidades económicas reales, el incumplimiento de los derechos fundamentales básicos, como el acceso a la educación, a la salud, a una vivienda digna, a agua potable y alimentación. Es decir existe un segmento de la población que no es parte del sistema económico, mas sin embargo sobrevive al interior de la formación económico social capitalista. En tanto no son parte del sistema, los excluidos no reciben ningún tipo de beneficio, pero si todos los trastornos y miserias que esté genera.

El desempleo y la falta de oportunidades son producto de la incapacidad del sistema formal -ósea el sector capitalista- de crear los suficientes puestos de trabajo que correspondan al desarrollo de la fuerza de trabajo, lo cual es una tarea imposible a medida se imponga la lógica de la competencia, ya que esta implica la destrucción constante de empleos en aras de reducir los costos para ser competitivos y debido a los avances en los factores tecnológicos que hacen prescindir del ser humano en el ámbito de la producción.

Además para el capital es beneficioso mantener altas tasas de desempleo, porque con ello evitan la presión sobre el alza de los salarios, ya que por cada persona empleada existen filas de desempleados dispuestos a realizar el mismo trabajo con el mismo salario o incluso uno menor, ante la necesidad de llevar alimento a sus familias. Esta masa de sobrepoblación relativa en la cual también se incluye ejercito de reserva, es el que, al verse excluido debe buscar diferentes formas para subsistir.

Para estos, el capitalismo solo proporciona alternativas de subsistencia fuera del orden normal de las cosas, las cuales aparecen de variadas formas y en algunos casos chocan incluso con los mismos intereses del capital. Esto sucede cuando estas salidas plantean resistencia al sistema y se entrometen en su dinámica, configurando un escenario de confrontación social como manifestación pura de la lucha de clases.

Como resultado de la exclusión y la marginalidad es que crece galopante el empobrecimiento y la miseria, incluso estratos de ingresos medios han pasado a engrosar los segmentos de la sociedad en condición de pobreza.

Dicha condición es la causa entonces, de los fenómenos económicos, sociales y políticos que actualmente vive el país. Al encontrarse la población desempleada, sin oportunidades y en un estadio de pobreza y miseria sin precedentes, debe buscar alternativas dentro de la misma crisis.

Un primer fenómeno que aparece en este escenario es la delincuencia en niveles jamás antes vistos y además ligada a altas esferas del poder político, convirtiendo el problema de la seguridad ciudadana en un negocio extraordinariamente lucrativo. El surgimiento y desarrollo de las pandillas, es parte de esta nueva etapa de la acumulación, en donde se ha incrementado exponencialmente la población lumpen proletaria.

Un segundo fenómeno que surge es, la más grande migración de salvadoreños hacia Estados Unidos, en busca de oportunidades que en su país no encuentran, pero que también es muy incierto que en el país del norte las puedan encontrar. Este flujo migratorio crece año con año, no importando las dificultades y los muros que el gobierno estadounidense ponga para llegar a tierras gringas. Hasta agosto de 2005 eran alrededor de 594[13] personas al día las que abandonaban el país intentando alcanzar un sueño que algunas veces se convierte en pesadilla.

La migración del campo a la ciudad en un primer momento y del país hacia los Estados Unidos, es una de las formas en que la población pobre busca resolver su problema de sobrevivencia. El primer momento ocurre cuando la grave situación que se vive en el campo debido a la precaria situación agrícola del país, lanza hacia las ciudades miles de personas en busca de una oportunidad que no encuentran, ni en el sector formal ni en el informal, expulsando a este sector de la población hacia el exterior.

A su vez, los emigrantes se ven humillados y sobre-explotados en los Estados Unidos, donde terminan siendo utilizados como instrumentos para la opresión de trabajadores locales. Empleándolos como el ejército internacional de reserva, desprovistos de derechos y obligados a aceptar condiciones indignas para cualquier persona

El aparecimiento y crecimiento exponencial de la economía informal ligada al comercio, es el tercer fenómeno que encontramos en los albores de la globalización capitalista. El gran segmento de la población dedicada al comercio informal proviene del sector agrícola, del sector obrero industrial y en su gran mayoría a la nueva población que se integra a la Población Económicamente Activa (PEA).

Otros fenómenos extendidos a raíz de la entrada del país a la “era de la globalización” son el alcoholismo, la drogadicción y la prostitución, que aparecen como producto de la frustración y desesperación que padece la gente ante la imposibilidad de dar respuesta al problema de la subsistencia. Realidades que son palpables, que no necesitan respaldo de ningún indicador para tener valides en el contexto en que se encuentra la sociedad salvadoreña y que por tanto de muestran una vez mas el carácter nocivo de la acumulación.

Desde los aportes de Marx, es posible entonces, entender que la gran parte –por no decir todos- los problemas sociales y económicos que amenazan la reproducción de la clase trabajadora, como una mayoría oprimida y explotada, son derivados de la formación económico social capitalista y de su modo de producción correspondiente, lo cual presenta serios retos para la construcción de un mundo mejor, posible, necesario y urgente.

NOTAS


[1] James Petras, La Supremacía del Capital Financiero, 2006. www.rebelion.org,

[2] Aquiles Montoya, Economía Critica,

[3] Alexander Segovia, Integración Real y Grupos de Poder Económico en América Central: Implicaciones Para el Desarrollo y la Democracia de la Región. 2005

[4] EHPM, 2005

[5] BCR, Revista Trimestral, enero marzo 2007.

[6] EHPM, 2005.

[7] Trayectoria hacia el cumplimiento de los ODM en El Salvador 2007, cuaderno sobre desarrollo humano, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

[8] Kart Marx, El Capital, Tomo II Pág. 773.

[9] Análisis de los primeros tres años de Gobierno de Antonio Saca, Centro para la Defensa del Consumidor CDC, mayo 2007.

[10] BCR, Revista Trimestral, enero marzo 2007.

[11] OIT, Memoria del Director General: Trabajo Decente, Conferencia Internacional del Trabajo, 1999.

[12] Hedelberto López Blanch, Wolfowitz y el Banco Mundial: privatizar el agua, 2006. www,rebelión.org

[13] Estimación propia en base a datos de salida y entrada de salvadoreños en las fronteras Las Chinamas, San Cristóbal, La Hachadura y Anguiatu, encontrados en el Compendio Estadístico del IDH del PNUD 2005.

Autores:

Ivan Claros Urbina
Marcela Gallo
David Martínez
Mauricio Iraheta
Jesús Enrique Rodríguez

Bibliografía Consultada

· Karl Marx, El Capital, Tomo I.

· Kart Marx y Friedrich Engels, Manifiesto del Partido Comunista

· Aquiles Montoya, Economía Crítica.

· Alexander Segovia, Integración Real y Grupos de Poder Económico en América Central: Implicaciones Para el Desarrollo y la Democracia de la Región. 2005


[i] Kart Marx, El Capital, Tomo I capitulo XXIII.

jueves, 25 de octubre de 2007

El Aumento del Salario Mínimo: Una medida electorera, otra burla para el pueblo trabajador.


Por: Erick Zelaya/ Asociación de Estudiantes de Economía Alternativa

La estructura económica-social de nuestro país esta divida fundamentalmente en dos sectores sociales, los que poseen únicamente su fuerza de trabajo, es decir las y los trabajadores y los que tienen el control de los medios de producción; las y los empresarios. Para que el proceso productivo en el modo de producción capitalista se realice, es necesario conjugar estos dos elementos, fuerza de trabajo y medios de producción, esto involucra a cada uno de los sectores que hemos mencionado, es en este momento que se establecen relaciones sociales entre estos sectores, lo que conocemos como contrato de trabajo.

El trabajo humano, es imprescindible en cualquier proceso de producción, ya que quienes generan la riqueza son las y los trabajadores, sin embargo por el diseño de la estructura económica que impera, quienes se apropian de esta riqueza son los que tienen el control de los medios de producción, es decir los empresarios. Así las cosas, cualquier aumento de salario no es obra de “buena voluntad” del gobierno de turno o de empresarios filántropos, no es un regalo, este se da en medio de una crisis económica que vive la clase trabajadora, esta situación presiona a los empresarios a devolver parte de la riqueza expropiada a los trabajadores para evitar convulsiones sociales ante la insostenibilidad de la vida misma de las mayorías.

Según el funcionamiento de las sociedades capitalistas “democráticas” todas y todos los trabajadores tenemos derecho a una retribución en dinero por los bienes que producimos o los servicios que prestamos en virtud de un contrato de trabajo, es esto lo que se conoce como Salario[1], en nuestra legislación en teoría, para “evitar” abusos y “garantizar” que las y los patronos no paguen menos de lo adecuado para vivir se establece un piso, lo que conocemos como salario mínimo, según el código de trabajo; este es aquel que cubre suficientemente las necesidades normales de su hogar, en el orden material, moral y cultural[2], esto dista de la realidad dado que en El Salvador nunca el salario mínimo a cubierto las necesidades materiales de un hogar y mucho menos las necesidades morales o culturales.

Para fijar el salario mínimo se atiende “supuestamente” sobre todo al costo de la vida[3] este deberá considerar los gastos ordinarios en alimentación, vestuario, vivienda, educación y protección de la salud, de una familia obrera promedio, campesina o urbana.[4] Pero en nuestro país pesa más “el costo de producción” de las empresas, este es el pretexto que expone el sector empresarial, según ellos es descabellado proponer un salario mínimo que cubra el costo de la vida, ya que esto afectaría la producción y a la postre derivaría en desempleo.
En las últimas semanas hemos visto con atención como el Presidente Saca anuncia un nuevo aumento del Salario Mínimo[5], si atendemos este anuncio, sin profundizar en el tema; podemos incluso “alegrarnos y felicitar al Sr. presidente Saca por tan loable medida” ya que la vida para los miles de trabajadores y trabajadoras se ha encarecido enormemente en los últimos meses. Sin embargo la realidad es diferente.

¿Quién define este aumento?

El Salario Mínimo debe ser revisado por el “honorable” Consejo Superior del Salario Mínimo (CSSM), este está integrado por siete miembros: tres representarán del gobierno, dos de los trabajadores y dos de los patronos.[6] Obviamente en este diseño poco o nada pueden hacer los trabajadores en la fijación del salario mínimo ya que como todos sabemos el gobierno de El Salvador es pro-empresarial y representa el interés de los empresarios, se tiene una correlación desfavorable de parte de los trabajadores de cinco contra dos, y para colmo de males estos dos representantes de los trabajadores, no representan el interés de los mismos y no hacen ningún intento para hacer valer la visión de la clase trabajadora. Prueba de ello es la propuesta de aumento presentada por el CSSM el pasado lunes que es realmente una burla para la clase trabajadora, en ella se propone un aumento de 6% para la maquila y 10% para los demás sectores.

Develemos entonces concretamente este aumento “pírrico”:

Para los sectores comercio, servicios e industria el aumento será de 17 dólares, para la maquila únicamente de 9 dólares, para el sector agropecuario será únicamente de 8 dólares. Esto significa que el aumento diario será únicamente de 55 centavos para los trabajadores de los sectores de comercio, servicios e industria, 30 centavos para los y las trabajadoras de maquila, y únicamente de 26 centavos para el sector agropecuario.

Sin embargo la burla no termina aquí, el tan cacareado aumento será en “dos partes” un aumento para finales de este año y a finales del siguiente año, es decir que en realidad el aumento de salario mínimo sería el que sigue:

27 centavos al sector comercio, servicios e industria, 15 centavos para el sector maquila, y 13 centavos para el sector agropecuario.

Veamos si el aumento cubre las necesidades materiales por lo menos alimenticias de una persona promedio, comparándolo con el aumento en el costo de la vida, veamos ejemplos concretos[7] que golpean directamente a las y los trabajadores:

Ø Las tortillas han aumentado 2 centavos, en promedio una persona consume 5 tortillas al día, eso significa 10 centavos.

Ø El pan “francés” ha aumentado en 2 centavos. Una persona en promedio consume 4 al día, esto significa 8 centavos.

Ø La libra de fríjol a doblado su precio, de costar 50 centavos. Ha pasado a costar $1. Esta cantidad es consumida por una persona en 2 semanas, lo que significaría que el aumento de 50 centavos. Se reparte en 3.3 centavos. Al día.

Ø El litro de leche ha aumentado en 25 centavos. Más o menos esto significa cuatro vasos que generalmente son consumidos un vaso diario por persona, por lo que el aumento sería de 6.2 centavos al día.

Ø Además el costo del transporte colectivo aumentó en 5 centavos el año anterior y el promedio un trabajador aborda por lo menos dos veces el transporte colectivo lo que significa un aumento de 10 centavos al día. A esto hay que agregarle el aumento de 14% en el costo de la tarifa eléctrica del año recién pasado.

Tomando en cuenta solamente estos aumentos, en el costo de la vida de cualquier trabajador y obviando otros productos alimenticios, gastos en el vestuario, educación, salud, vivienda, etc. ya el anunciado aumento del salario mínimo es sobrepasado por el encarecimiento del costo de la vida.

Si realmente se considerará para el cálculo del salario mínimo, los gastos ordinarios en alimentación, vestuario, vivienda, educación y protección de la salud, de una familia obrera promedio, campesina o urbana[8], se cumpliera la ley y se hiciera justicia, el ajuste del salario mínimo debería hacerse a partir de la canasta básica ampliada parámetro establecido en la legislación laboral salvadoreña, en lugar de esto se hacen diferenciaciones en los aumentos por sectores, Este aumento solo es una nueva medida electorera de las que empiezan a aparecer en el ambiente nacional, casualmente el gobierno y los partidos políticos de repente se dieron cuenta que el país tiene problemas, el presidente del país y de ARENA Elías Antonio Saca anuncia dos incrementos, uno al final de este año y otro al concluir 2008. Además confirmó que no subirán las tarifas de energía eléctrica y que mantendrán los subsidios del gas propano y el consumo de energía para las familias pobres, por su parte el PCN propone el congelamiento de las cuotas de los colegios privados, el PDC la exención del IVA a las medicinas importadas, el FMLN la petición de congelamiento de los precios de los productos de la canasta básica, todo esto de cara a las elecciones, sin embargo los problemas reales siguen estando latentes, mientras el aumento del salario mínimo es otra burla para el pueblo trabajador.

[1] Art. 119 Código de trabajo.
[2] Art. 144, ibid
[3] Art. 145, idem.
[4] Art. 146, ibidem
[5] Declaración del presidente Saca a un rotativo de circulación nacional: "Estoy contemplando el aumento del salario mínimo para este año y para el próximo. Estoy discutiendo con los sectores privados. Creo que se impone la necesidad de un aumento del salario mínimo. Las empresas también tienen que hacer una revisión del salario de todos, para poder paliar la situación"
[7] Sondeo realizado a 10 personas el día de la presentación de la propuesta de aumento de CSSM.
[8] Art. 145, código de trabajo.

martes, 16 de octubre de 2007

El Fraude Político en Costa Rica.

Ivan Claros/Asociación de Estudiantes de Economía Alternativa-ASEAL

El referéndum para decidir la aprobación o no del TLC en Costa Rica se resolvió por medio de uno de los más grandes fraudes políticos de la historia. Cuando se habla de fraude, hay que entender, que este se da en dos niveles: uno de carácter electoral y otro de carácter político.

El primero se refiere a la utilización de mecanismos técnicos del mismo proceso electoral para incidir de manera directa en los resultados de una elección. Este método fue utilizado constantemente en el pasado, sobretodo por los regimenes militares en Latinoamérica. El segundo, el fraude político se refiere a la capacidad de influir en la conciencia de la gente para generar una reacción electoral concreta. Esta forma de fraude es la utilizada en la actualidad de manera recurrente por regímenes débiles que se presentan como democráticos. Esta debilidad procede de su naturaleza neoliberal.

La debilidad de los gobiernos neoliberales como el de Oscar Arias en Costa Rica, radica en su desgaste político, generado por su incapacidad inherente de resolver los problemas más sentidos de la sociedad y por la agenda de profundización de medidas económicas que empeoran las condiciones de vida de la gente.

De ahí que en el último año presenciamos en Costa Rica el ascenso incontenible de la oposición popular al TLC. Dando como resultado, que fuera el primer país en el mundo en decidir el destino de un tratado comercial a través de un plebiscito.

Pero como era de esperar, la burguesía tica y la transnacional, el gobierno de Arias y el mismo gobierno de Estados Unidos, tenían mucho en juego como para permitirse perder y poner en riesgo sus intereses. Por eso se orquesta desde las entrañas del aparato estatal costarricense una sucia campaña a favor del TLC, con miras a perpetrar el anunciado fraude político que fue evidenciado por el nefasto y vergonzoso memorandum del vicepresidente Casas y el diputado Sánchez.

A partir de ahí se utilizo por todos los medios posibles, el instrumento neoliberal de consenso por excelencia, es decir el miedo. La sociedad tica estuvo durante dentro y fuera de los plazos para la campaña, sometida a la presión mediática del gobierno y las empresas, quienes aterrorizaron con falsedades tales como que Estados Unidos eliminaría los beneficios de la ICC, que el TLC no podría ser renegociado o que se perderían miles de empleos de no aprobarse el TLC, entre otras. Todas estas mentiras fueron lanzadas con la complicidad del gobierno de los Estados Unidos, en una clara intromisión en los asuntos de Costa Rica.

El papel fundamental de toda esta treta política la tuvo el presidente Arias, quien abandero hasta el último momento, es decir, el propio día del referéndum, la cruzada por la ratificación a toda costa, del tratado comercial. Con sendas cadenas nacionales de radio y televisión, días después de terminado el plazo para hacer campaña, el presidente sembró temor entre los ticos con argumentos tan pobres y chocantes como que las inversiones huirían a países como El Salvador, que ya tienen aprobado el TLC, que Costa Rica se convertiría en Albania, incluso llego a ser tan demagógico como para decir que “es mas fácil cambiar los diez mandamientos de Dios, que renegociar el TLC”

A esto hay que sumar el manejo de las encuestas y el control de los medios de comunicación. Pocos días antes de referéndum, el periódico mas reaccionario de Costa Rica publicaba una encuesta realizada por una casa encuestadora dueña de una cada vez mas dudosa reputación, en donde se le daba un ventaja contundente de 12 puntos porcentuales al “No”. Este hecho tiene una trascendental importancia, porque implicaba al menos, dos objetivos. Primero, provocar un cierto acomodamiento en la gente decidida a votar en contra del TLC y segundo, generar a través la intensificación inescrupulosa de la campaña del miedo -en las vísperas de la consulta- la manipulación de la conciencia de un segmento de la población, temerosa debido a la desinformación.

Para esto ultimo, se contó con el auxilio de los medios afines al gobierno, quienes se prestaron a la artimaña de presentar las falsedades de funcionarios del gobierno estadounidense sobre la ICC y el peligro que corría la relación comercial entre ambos países de no aprobarse el tratado.

La última parte del fraude, fue el derroche de recursos que los apologistas del TLC hicieron gala el día del referéndum, al contrario de las enormes limitaciones del movimiento del “No”, demostrando claramente que se planteo una lucha entre desiguales.

Pese al fraude político, los partidarios del tratado obtuvieron un minúsculo triunfo. Después de considerar las condiciones totalmente desfavorables a la oposición al TLC, no cabe duda que lo que ocurrió verdaderamente en Costa Rica, fue el triunfo del pueblo tico. Con toda su maquinaria puesta en aprobar el TLC, los grupos económicos de poder en Costa Rica solo obtuvieron tres puntos porcentuales de diferencia, que representan apenas cincuenta mil votos. Es decir, el pueblo tico, sin el poder económico y sin el control del aparato de gobierno, logro igualar las fuerzas con el monstruo. Esa ya es una victoria política.

El voto del “No”, fue un voto conciente y meditado, que es resultado de convertir el referéndum en un hecho político, en donde la gente logro entender que era una lucha entre ricos y pobres, una lucha de clases. Por eso lo que ocurrió en Costa Rica, es una prueba de lo pasa cuando los pueblos se politizan y es además una gran lección para los demás pueblos de Latinoamérica.

El TLC con Estados Unidos fue aprobado en Costa Rica, pero aun no ha sido implementado. Lo cual esta por verse.

jueves, 11 de octubre de 2007

Crisis hipotecaria, crisis financiera, crisis del neoliberalismo

Andreu Martí
Los tipos de interés han subido en los últimos meses, tanto en los EEUU como en Europa. Las hipotecas se han hecho más caras. Mucha gente ya no puede hacer frente a los pagos de las cuotas mensuales de sus préstamos y, en consecuencia: la "burbuja" inmobiliaria ha estallado. Este fenómeno está siendo muy virulento en los EEUU, pero también se está comenzando a sentir en Europa.

Nuestro análisis llega a las siguientes conclusiones:
a) la crisis no es sólo inmobiliaria sino financiera: afecta al sistema financiero neoliberal.

b) ¿porqué han subido los tipos de interés? La respuesta es que se trata de hacer frente a dos riesgos, que suponen un peligro aún mayor para el sistema que la "burbuja inmobiliaria": la inflación y la debilidad del dólar.

c) en el intento de favorecer al dólar, aparecen elementos que nos ponen de lleno en relación con la política internacional: China, la guerra de Irak ...(ver el texto completo)