Por Michael R. Krätke
Hace unos pocos días, la República Islámica de Irán cumplió su amenaza: no se aceptan ya dólares, y todas las transacciones económicas exteriores del país pasan a realizarse o en euros o en yenes. Ya desde septiembre, una buena parte de las exportaciones petrolíferas iraníes no se computaban en dólares, sino en yenes: Japón es, con diferencia, el principal importador de petróleo iraní, siendo Irán el tercer suministrador de la potencia pacífica. Ahora, también los socios comerciales europeos y asiáticos del tercer exportador mundial de petróleo tienen que aceptar que Teherán no recibe ya moneda estadounidense.(Ver nota completa)
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