Las organizaciones sociales mantienen una constante lucha contra el Tratado Libre Comercio denunciando la grave amenaza a los sectores más vulnerables de la población en beneficio de las grandes corporaciones. Foto: Diario Colatino/Il |
Leonor Cárdenas
Redacción Diario Co Latino
«El Tratado de Libre Comercio (TLC), constituye un instrumento político de dominación al servicio del capital corporativo estadounidense, el cual es una amenaza para el ser humano y el medio ambiente», manifestó Raúl Moreno, representante de la Red Sinti Techan.
Para Moreno, a dos años de implementado el TLC en el país, este ha «transgredido nuestro marco constitucional violando los derechos humanos y generando impactos negativos en las personas consumidoras, trabajadores y trabajadoras, en el medio ambiente y en los sectores productivos nacionales, especialmente en la producción de granos básicos, la agro industria lechera y el sector informal de la economía».
«En contraposición, al discurso promovido por el gobierno para legitimar el CAFTA, como motor de las exportaciones, la inversión extranjera y en consecuencia del crecimiento económico y la generación de empleo, durante los dos primeros años de vigencia del TLC, la balanza comercial del país, ha profundizado su déficit, no sólo por la incapacidad de la economía salvadoreña de elevar significativamente sus exportaciones, sino por los niveles de dependencia de las importaciones de Estados Unidos a El Salvador».
Según datos proporcionados por el Banco Central de Reserva, en septiembre de 2007, el país presentó un crecimiento del 10.9% en el déficit de la balanza comercial. Con relación a septiembre de 2006, el CAFTA, ha reforzado las «históricas» relaciones de dependencia comercial del país de los Estados Unidos.
«Pues la balanza comercial con ese país profundizó su déficit en el 2007 en más de 12.7%, mientras que la exportaciones hacia Estados Unidos se incrementaron en un 7.6%, y las importaciones crecieron más del 8.8%».
«La brecha comercial, entre El Salvador y los Estados Unidos, se profundiza, se ensancha cada vez más con el TLC, esto demuestra que no es suficiente la liberalización comercial para desarrollar la capacidad de exportador de una economía como la salvadoreña», agregó Moreno.
Por su parte, Ángel Ibarra, representante de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), dijo que entre las estructuras de las exportaciones salvadoreñas a Estados Unidos, figura en primer lugar el Alcohol Etílico, seguido del café, azúcar, artículos de oro o chapiados en oro, melaza de caña y camarones.
«A diferencia de El Salvador, las importaciones procedentes de Estados Unidos se concentran principalmente en aceite diesel, teléfonos celulares, maíz amarillo, lubricantes, trigo, soya, entre otros», agregó.
Ibarra aseguró que el CAFTA, «ha dejado establecido el marco jurídico necesario para empujar la siguiente generación de reformas neoliberales, tendientes a proseguir con la privatización de los servicios públicos y de utilidad pública que aún administra el Estado».
Tanto Ibarra como Moreno, consideran que los planteamientos de ENADE 2007, han señalado claramente el rumbo del país «avanzar en la concesión de puertos, aeropuertos, carreteras, servicios de salud, ambientalistas, tratamiento de desechos sólidos, servicios de agua potable y saneamiento, incluyendo la privatización del recurso hídrico, lo cual ya está legalmente establecido en el país».
«Podemos ver que a dos años de vigencia del CAFTA, la crisis de desabastecimiento de medicamentos en la red de hospitales públicos y el ISSS, se ha profundizado, esto a consecuencia de las restricciones que el tratado impone en materia de propiedad intelectual a la producción y comercialización de medicamentos genéricos», agregó Moreno.
En este sentido, Moreno hizo un llamado a la población salvadoreña «a estar atenta al avance de las negociaciones de otro TLC, contenido en el acuerdo de asociación entre la Unión Europea y Centroamérica, el cual representa una amenaza adicional a la soberanía nacional y a los derechos del pueblo salvadoreño», manifestó.